sábado, 19 de octubre de 2013

LA CIUDAD DIBUJADA...Hoy, caminantes

Amanece sobre el río.
Santa Fe se oculta tras el sol, el puenteo oscila hacia arriba y hacia abajo, levemente, incansablemente, sobre los pilares flotantes. Resiste
Caminaba, creo que no pensaba en nada hasta que la vi. Pesará uno cuarenta kilos máximos y le calculo entre 40 y 45 años aunque la extrema delgadez tal vez haga que me engañe. Camina con rigor, pisa fuerte, da pasos largos siempre mirando para abajo, en la mano izquierda lleva una llave, la mano fuertemente apretada blanquea en los nudillos. Viste un conjunto deportivo que más parece un pijama, es color verde militar. Blanca, quiero decir que es una mujer rubia con el pelo echando algunas canas. Más allá, en sentido contrario un hombre entre cincuenta y sesenta, con bastón y andar dificultoso, ondulante; su cuerpo se ondula a cada paso recordándome el desplazarse de las culebras sobre la arena. Antes, hasta no hace muco, corría y después cruzaba el río a nado en zigzag desde la playa hasta el anfiteatro, iba y venía de costa a costa, las zaptillas provisoriamente abandonadas para ser calzadas con los pies cargados de río y seguir corriendo. Antes cuando la enfermedad no era evidente como ahora, desde hace un año tal vez, cuando el andar ondulante y dificultoso necesitó de un bastón.
No sé sus nombres, no sé nada de ellos, solo sé de sus caminatas, pero los siento conocidos porque los veo desde años, todos los días.
Llegado por una sensibilidad poco frecuente en mí, pienso que algún día no los veré más y me asombro de mi optimismo respecto de mi propia vida, la que me queda quiero decir, como si hoy, por algún motivo que no alcanzo a comprender, me supiese eterna o tal vez a salvo de la muerte, incluso de la vida misma.
Ninguno me saluda, una con la mirada en el piso, el otro con la mirada en un horizonte que solo él puede ver.

LA CIUDAD DIBUJADA...Hoy, la feria



Parafraseando a Juan José Saer, amanece y ya estoy con los ojos abiertos. Me acosté tarde y con una sensación de plenitud poco frecuente en mis neuronas. Había caminado la feria del libro, había mirado, conversado, escuchado.
La feria de Santo Tomé tiene cierto aire de algarabía, no sé si será porque así somos los santotomesinos, por el aire costero que se cuela en las carpas o por la llegada de Dolina.
Libros libros y más libros, mirados, comprados, donados, manoseados, deseados; escritores locales con sus esperanzas bajo el brazo; ex combatientes, libreros comerciantes y libreros militantes -de los libros, se entiende-; niños -la humanidad insiste en procrear aunque a diario le anuncien que el mundo se acaba en cualquier momento-, niños sumisos colgados de las manos de sus padres y niños gritones saltadores reidores, llevando a rastras a sus padres.
Guitarras en el anfiteatro frente al río opulento y Diego Reynoso, presidente del Instituto Belgraniano del Litoral,  en la intimidad del auditorio del Jardín Nº 25, poniendo como quien dice, los mojones de una idea en la cabeza de los santotomesinos: Santo Tomé, una ciudad Belgraniana, anclada en la historia y la leyenda.  
Narradores orales, teatro, presentaciones. Imposible ver todo hay que elegir, por gusto o por azar da igual, así que elegí y disfruté.

domingo, 13 de octubre de 2013

Las Vegas. Algo más que lo que se ve, que lo que se sale en los diarios


Presupuesto participativo tuvo su jornada de votación el sábado en el Barrio La Vegas

Alberdi, las vías, la tierra clara manchada de amarillo, azul, blanco, colores móviles, colores que el viento arrastra, bolsas, envases, plásticos, objetos irreconocibles, fragmentos del barrio, también del resto de la ciudad que se arrastran cuadra a cuadra en los terrenos baldíos entre los cardos florecidos, las cunetas; entre los caballos que pastan cansados, los perros flacos, parecen ratas los perros y a mitad de cuadra, de una cuadra idéntica a cualquier otra, abierto y bullicioso, el Centro Comunitario, como quien dice, blandiendo los afiches que ondean en el gris de la mañana.
Estaciono y bajo, el R12 les muestra la abolladura que me dejó un vecino hace un año, uno de esos vecinos que estigmatizan el Barrio Las Vegas. Uno de esos vecinos que ocultan a estos otros, que sonríen cuando me ven, me saludan y me abren, junto con las puertas, de alguna forma, sus vidas.
—¿Cómo va Murillas?
—Yo bien, ¿y las votaciones. Hay tendencia?
—La propuesta uno.
La propuesta uno es el Mejoramiento de la red vial y limpieza de desagües pluviales, que finalmente ganará con 124 votos. Mujeres sin maquillaje, cabellos oscuros recogidos en una cola de caballo. Hombres de tez y manos curtidas, adolescentes de mirada esquiva, como todos los adolescente.
Timidez, algo de pudor. Sonrisas.

Estaciono y bajo, el R12 les muestra la abolladura que me dejó un vecino hace un año, uno de esos vecinos que estigmatizan el Barrio Las Vegas. Uno de esos vecinos que ocultan a estos otros, que sonríen cuando me ven, me saludan y me abren, junto con las puertas, de alguna forma, sus vidas.
—¿Cómo va Murillas?
—Yo bien, ¿y las votaciones. Hay tendencia?
—La propuesta uno.
La propuesta uno es el Mejoramiento de la red vial y limpieza de desagües pluviales, que finalmente ganará con 124 votos.
Mujeres sin maquillaje, cabellos oscuros recogidos en una cola de caballo. Hombres de tez y manos curtidas, adolescentes de mirada esquiva, como todos los adolescentes. Timidez, algo de pudor. Sonrisas.
                                                    —¿Por qué propuesta va votar?
—Lo que más necesitamos.
Lo que más necesitamos me dice y no me aclara, es obvio así que no me lo aclara, da por sentado que comprendo, yo, que vendo del asfalto y el agua corriente y las cloacas y el paso regular del colectivo, tengo que saber y me pregunto  si sé. ¿Sabemos los santotomesinos sobre estos otros, también santotomesinos?
Escucho el ruido de un rifle de aire comprimido. Sabré después, cuando me acerque al otro centro de votación, el Centro de Salud Lisandro de la Torre, que hay un herido, un niño o un joven –no querré ahondar- que será llevado al SAMCO.
—Es que es difícil vivir acá porque la gente cree que somos todos delincuentes y no es así, hay sí pero la mayoría somos gente de trabajo que quiere progresar.
 
Dalila Moyano es la vicepresidente de la Vecinal y hoy es fiscal de la votación.
Los ojos oscuros, jóvenes, se opacan.
—En la ciudad todos piensan que somos delincuentes, ni trabajo nos dan cuando decimos dónde vivimos. Tenemos que convivir con la delincuencia y encima los demás nos discriminan.
En la ciudad…me quedo pensando en esas palabras, ¿acaso el barrio Las Vegas no es parte de la ciudad?
—Una nena le dijo a su mamá qué tenía que votar. ¿Se da cuenta Murillas?, los chicos saben lo que quieren, lo que nos hace más falta
Me doy cuenta, veo los pies calzados con ojotas, las marcas de caminar siempre en la tierra y el barro y me doy cuenta.
 
Más tarde, en el Centro de Salud, Betu Argüello, miembro de COMUNIDAD, me responderá cuando le pregunte sobre cómo maneja el contacto con tanta necesidad “..y se maneja” la estaré mirando  a la cara a través del visor de la cámara y desistiré de fotografiarla, no registraré sus ojos claros enrojecidos por las lágrimas.
Yo escribo, me dirá Fabián Cabrera reconocido por sus versos en el barrio y en COMUNIDAD. Hay que pensar en lo que uno da aunque lo que pueda darse sea solo un buen rato ese día, que la pasen bien un rato me dirá sin sonreír.
—¿Qué les parece esto de participar, de decidir qué tiene que hacer el municipio en el barrio?
—Es la primera vez que nos preguntan. Que alguien nos pregunta algo.
Es la primera vez que nos preguntan. Escucharé la frase durante toda la mañana, saldrá de boca de los votantes, de Paola fiscalizadora de la mesa en el Centro de Salud, donde Luis Martínez, coordinador de Desarrollo Territorial, comerá un par de bocados, nada más, de un plato de fideos que le alcanzarán desde el comedor sin que lo pida. 
 —¿Dónde andabas? casi te quedás sin comer ¿Ya comieron en el Centro? —Betu
riéndose.
Risas. También yo me río.
—No sé —Luis, con el tenedor suspendido en el aire.
—Es que vos siempre te olvidás de comer Luis, pero el resto de la gente sí tiene hambre.
—Eso me dice mi mujer. Recorrí el barrio llevé las propuestas, invité a participar, esas cosas. Viste Murillas, abrieron el Centro de Salud para la votación, qué me decís, es la primera vez que se abre un ámbito gubernamental para esto. Eso es bueno para el vecino, es una forma en que puede ver el compromiso.
Asiento. 
Para le mejorado fueron seleccionadas las cuadras Ruperto Godoy entre Alberdi y Lisandro de la Torre; Llerena entre Alberdi y Lisandro de la Torre; Huergo entre Alberdi y Lisandro de la Torre; Agustín Delgado entre Alberdi y Lisandro de la Torre; Martín Zapata entre Alberdi y Lisandro de la Torre;  J.R. Pérez entre Alberdi y Arenales; José del Campillo entre Alberdi y Arenales; Monasterio entre Alberdi y Lisandro de la Torre; Alberdi entre Agustín Delgado y Ruperto Godoy.

En total son 2.200 metros de mejorado. Escribo el nombre de las calles, estimado lector y me pregunto si las conoce, si las sabe despojadas de la comodidad del asfalto, si las ha visto los días de lluvia, si las ha caminado envuelto en tierra los días de viento, si usted sabe o tan siquiera imagina. Probablemente no, para saber de la necesidad hay que verla, andarla, compartirla.