sábado, 24 de enero de 2015

LA CIUDAD DIBUJADA…hoy, de besos y de diálogos



La tarde cayendo, metiéndose en el río despacio, pasándole la lengua a los pastos de la costa,  succionando despacito los colores del día, tragándoselos.
El beso de los adolescentes ajenos al calor, a la luz que va cansándose y se deja morir entre las ramas de las casuarinas repletas de brisa.

No comprendo esta manía de la caminata circular u ovoide según se la mire -desde la metáfora o desde la forma-; no comprendo este andar inquieto como de hormigas yendo y viniendo por el mismo caminito; no comprendo este entrechocar de antenitas -es metáfora en realidad se sonríen o alzan una mano para saludarse y lo hacen en cada encuentro de cada vuelta-; no comprendo esos auriculares ni esos aparatitos aferrados a los brazos. Ahí viene una mujer, es joven, camina precedida por un cochecito que va empujando y donde dormita un bebé acunado por  el vaivén que produce la marcha rápida.
Si levanto la vista los ruidos que me llegan de enfrente se aclaran: unas diez mujeres se agachan y levantan sosteniendo una barra con pesas sobre lo hombros al compás de la música que se va desparramando por la vereda hacia el río.
Tres mujeres toman mate, sus risas me llegan claras: escucho
—El lunes voy a la ginecóloga.
—¿Puedo ir con vos?
—¿Por qué no te pedís tu propio turno?
—No seas así Tuly.
—¿Así cómo? ¿Por qué no te buscás tu propia ginecóloga, mejor?
—Para ciertas aperturas necesito apoyo moral. También para ciertas presiones intensas.
—No me hice nunca una mamografía ¿realmente duele?
—Sos una irresponsable, Ebe.
—Sí ya sé pero ¿duele?
—A mí sí.
—No duele.
—A vos no te duele porque tenés las tetas vacías yo las tengo llenas de quistes.
—Problemas en las mamas es igual a problemas en la pareja, según la Pínkola.
—Eso de correr con los lobos no sé si me termina de convencer,  al final ser una infeliz debería agradarte y hacerte sentir orgullosa, según Pínkola.
—La Pínkola no hace esas asociaciones eso es de libro de autoayuda.
—El de Pínkola es un libro de autoayuda: “Dentro de toda mujer alienta una vida secreta, una fuerza poderosa llena de buenos instintos, creatividad y sabiduría”
—No te lo permito.
—Igual es, me lo permitas o no.
—Esa es una interpretación feminista.
—No, esa es una interpretación machista.
—No, esa es una interpretación freudiana: el inconsciente tras el mensaje de Pínkola.
—La Pínkola tiene clarísimo el tema del inconsciente.
—Pínkola manipula perfectamente el tema del inconsciente querrás decir, querida.
—No me digas querida que no estamos casadas.
—Sí querida.
—¿Y? ¿Puedo o no puedo ir con vos?
—Bueno, dale.
—Yo también voy, pero de espectadora. Nunca vi una teta por dentro ni un útero en vivo y en directo.
—Ni lo vas a ver.
—Yo sí te dejo ver, Ebe.
—Gracias querida.
—Qué asco.
—Dale Gabi dejale ver el tuyo a lo mejor encuentra la causa por la que no te teñís las canas y ya que estamos te la extirpan.
—Muy graciosa.  
—Florecieron los camotes, le saqué una foto
—A ver
—Mirá

El beso, el beso e los adolescentes, el beso en la frente entre los rulos rojos entre las cejas entre los ojos cerrados en la nariz las mejillas; el beso cayendo sobre la boca como la tarde sobre el río.



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