En esta tierra de ríos volubles y alucinados,
la gente descree de la literatura. Algunos ignoran que existe, otros la miran
como si perteneciera a un lugar ajeno, remoto e indescifrable mientras que más
de uno no cabe en su asombro al considerar
que es real su inutilidad y siente la necesidad de justificarla y la valida en
el campo de la política, la moral, la sociología o la psicología; pero si
escribo
Noviembre trae otra vez
un ramillete de raíces
ciegas
no remito a nada, escribo y no remito a nada
pero no soy el único, digo que no soy el único que escribe en Santo Tomé, sin
remitir a nada, a nada útil, a nada utilizable, a nada que informe, o de cuenta
o enseñe o aleccione o haga historia.
En la Sociedad Italiana
Cacho Agú coordina un taller literario que este año presentó en la feria del
libro su primer “Cuaderno”.
Qué palabra más humilde cuaderno, lo que me
pone a pensar que en otro rincón, no muy lejos de allí, otro manojo de personas
se reúnen al nombre -humilde- de Palotes Literarios y también escriben.
Escriben sobre sus vidas y sus pareceres y sus
miradas -únicas-; escriben palabras que unidas dan forma a cuentos a poemas u
otras formas menos fáciles de clasificar -y no es esto importe en lo más
mínimo-; escriben porque escribir no necesita de nada más que de escribir ni
siquiera de la aprobación.
Espiemos a
los Palotes Literarios; metamos solo la
oreja unos segundos, en el taller de lectura y escritura creativa del Centro de
jubilados del Centro de jubilados y Pensionados de Santo Tomé.
Niño azul -fragmento- Carlos Profumati
en las manos
la súplica
llora el cielo
y en los pies
el barro
ni besos ni juguetes
solo caricias de sol
Ojitos de Escarabajo
-fragmento- de Aurora Campan
Están solos
entre fantasmas y diablos
que algún alienado inventó
y como mendigo levantan
en súplica, una mano
que a nadie le importa tocar.
Duele duele duele
Me quedo triste…
más triste que nadie en el mundo ha visto
Añoranzas -fragmento- de Graciela Fiameni
Es negro
y quiero
expulsarlo.
negra es la
vivencia
y negro el
recuerdo
para
contenerlo
para guardarlo.
Ángel de la
muerte
se llevó su
alma
y su cuerpo
enfermo
de alcohol
y de lucha
por vencer
al diablo.
Ya es polvo,
ya es aire
…
La literatura -toda ella, la de los grandes
escritores, la de los pequeños aficionados- deja huella en el que escribe y en
el que lee -que de algún modo completa, que de algún modo también escribe entre
líneas mientras lee-.
La literatura no necesita más que mostrar. Lo
que sigue, lo que deja la literatura está siempre en el interior del que
lee.
No hay comentarios:
Publicar un comentario